Bien. Ya hacía mucho tiempo que no escribía nada en el blog, bien por falta de tiempo, por apatía, o porque en realidad no supiera bien que contar. Esta semana sin embargo ha sido de infarto (para bien).
Todo empezó el Martes, cuando después de trabajar todo el día, cogimos el coche, y partimos a toda velocidad a Barcelona, donde nos reunimos con nuestros amigos Paco, Mª. José, Germán, y Félix, para ver uno de los más grandes conciertos que he podido presenciar en directo. Se trataba de los Eagles. La primera vez, y quien sabe si la última, que se acercaban a España. Todo lo que os pueda contar es poco. Voces, instrumentos, puesta en escena…. Y gracias a nuestros amigos que llegaron antes que nosotros, pudimos tener una posición casi de VIP, es decir, muy cerca del escenario, y justo al centro. Os puedo asegurar que si lo grabaron, se puede realizar un disco sin tener que hacer arreglos. Las voces equilibradas, los instrumentos increíbles y sin ningún fallo. Perfecto. Era la una de la madrugada y todavía se estaban despidiendo en su tercer bis con “Desperado”, y nosotros ya estábamos intentando abandonar el recinto del Palau San Jordi, porque nos quedaba un largo recorrido hasta Valencia.
Volvimos con imágenes en la retina de que algo grande había pasado, y como no, con los “Eagles” como banda sonora. Tuve que parar en varias estaciones de servicio, y gracias a cafés y Coca-colas, después de refrescar la cara y la nuca, podíamos continuar. La mejor inyección de optimismo fue en la primera estación de servicio, donde después de aparcar, se nos acercó un hombre felicitándome por la camiseta de los “Eagles” que acababa de comprarme. Me dijo que también había asistido al concierto, y que no podía entretenerse mucho porque era profesor, y tenía que estar esa misma mañana en Oviedo para dar clases. ¡Eso si que son locuras sanas!
Nada más llegar a Valencia, una ducha, dormir 4 horas, y partir hacía Madrid, ya que por cuestiones de trabajo, tenía que asistir al Palacio de Congresos de Madrid, donde estuve en mi stand hasta el mismo sábado. Muchas horas de pie atendiendo al personal, y por las noches asistir a fiestas privadas. Suena bien, pero estaba totalmente fundido. Por cierto… en una de esas fiestas disfruté de lo lindo, ya que fue una fiesta Beatle, y pudimos disfrutar de la actuación de los “Get Back” un grupo madrileño.
El sábado después de comer, coge el coche y baja corriendo con el cuidado de los radares hacia Valencia. Allí me esperaban mis amigos de Revival para montar nuestro equipo de sonido y ofrecer uno de nuestros más memorables conciertos en el Rock Café de Valencia, en la playa de Pinedo. Como os he dicho antes, estaba fundido, pero empezó a venir gente conocida, nos juntamos en una gran mesa, y empezamos a cenar, todo envuelto de amistad, divertimiento, y muchas risas.
Fue increíble la respuesta de muchos amigos que vinieron a vernos. La verdad es que sin vosotros, nosotros no estaríamos. Nos hacéis crecer, y al veros disfrutar, nosotros disfrutamos el doble.
Nosotros desmadrados, vosotros saltando y bailando, nosotros tocando, y vosotros cantando las letras…No sé si fue el más perfecto en la ejecución, pero ha sido en el que más he disfrutado. Gracias.
Deciros, que además hubo una gran despedida de fiesta, con muchas risas y mucho desmadre…. Pero esto…. es otra historia.